Cuando hablamos de agua potable hacemos referencia a aquella que ha sido tratada, encontrándose en condiciones óptimas para el consumo humano. Generalmente las aguas superficiales necesitan de un proceso específico para llegar a ser potables. Este proceso complejo se denomina potabilización del agua y abarca diferentes etapas.
El proceso de potabilización tiene como objetivo la conversión del agua desde su estado natural hacia agua potable. Este proceso es complejo y costoso, y se lleva a cabo en las plantas potabilizadoras que poseemos en la provincia.
A - Captación:
En esta etapa el agua se extrae desde las fuentes naturales, que generalmente son los ríos, donde la misma se encuentra en estado crudo o natural. Por ejemplo, en la capital de nuestra provincia se capta el agua de los ríos Potrero de Uriburu, Lesser y San Lorenzo, entre otros.
B - Canalización:
Una vez que el agua ha sido captada, debe ser conducida hacia la planta potabilizadora. Para ello pueden utilizarse dos tipos de sistemas: aducción o impulsión.
Aducción:
El agua se transporta por gravedad (por su propio peso) ya que la fuente abastecedora está a un nivel más elevado que la planta potabilizadora.
Impulsión:
El transporte del agua se realiza mediante bombas, ya que la fuente está más baja que la planta.
C - Floculación:
El agua posee sustancias o partículas que se encuentran en suspensión, para que puedan eliminarse, deben ser sometidas a un proceso químico denominado floculación. En este proceso se aplican agentes químicos, denominados coagulantes, que producen que estas partículas se unan formando los “flocs”. Esta aglomeración de partículas, al ser más pesada que cada partícula individual, se asienta, eliminando la turbiedad y permitiendo que el agua pueda clarificarse.
D - Decantación:
Se ubica el agua en una gran pileta donde permanece quieta, produciéndose la separación del líquido y de los sólidos, los que se depositan en el fondo por su propio peso.
E - Filtración:
Es el proceso mediante el cual el agua es separada de la materia en suspensión haciéndola pasar a través de un elemento poroso, generalmente arena. En síntesis, en la filtración se hace pasar el agua a través de filtros de arena, en donde se eliminan los pocos grumos o flóculos que hayan quedado.
Hay dos clases de filtros de arena: los de acción lenta y los de acción rápida, estos últimos se dividen en filtros de superficie libre y filtros de presión.
En los filtros de acción lenta, el agua pasa por gravedad a través de arena a baja velocidad. La separación de los materiales sólidos se efectúa al pasar el agua por los poros de la capa filtrante y al adherirse las partículas a los granos de arena.
En los filtros de acción rápida con superficie libre, el agua desciende por gravedad a través de arena a una velocidad mayor, con un tratamiento previo con coagulantes para sacar la mayor cantidad de partículas en suspensión. El filtro se lava con una corriente de agua en sentido contrario al de filtrado, que expande el lecho y se lleva al desagüe los sólidos acumulados.
El resultado final de la filtración será un agua más clara, eliminando hasta un 95% de todos los microorganismos presentes.
F - Cloración o Desinfección:
Es el proceso en el que se destruyen los agentes microbianos que pudiesen estar presentes en el agua. Para ello pueden utilizarse diferentes productos químicos como: hipoclorito de sodio, hipoclorito de calcio, dióxido de cloro, ozono, etc. Éste es el último paso en la potabilización del agua superficial.
Cuando la fuente de agua es subterránea y proviene de pozos, el único tratamiento que requiere, generalmente, es la cloración. Esto se debe a que el agua suele ser más pura a grandes profundidades.
G - Almacenamiento y Distribución:
El agua tratada en las plantas potabilizadoras se almacena en cisternas y/o tanques elevados de la empresa, desde donde es distribuida por red a los domicilios.